La ambición y la soberbia
De nuevo esta noche un titular que califica a una (otra más) política española como ambiciosa. Justo cuando la televisión acababa de emitir un programa en el que se constatan las diferencias entre hombres y mujeres a la hora de conciliar y, con ello, de acceder a puestos de responsabilidad, leo que un periódico nacional habla en portada de la ambición de una mujer como desencadenante de un cataclismo político.
Cuánto me molesta que se desacredite a las mujeres por quiénes somos y por lo que queremos hacer. La aspiración se convierte en ambición cuando se conjuga en femenino. La vehemencia o la firmeza, en soberbia. El poder, en el pedestal.
Todas las personas debemos ser juzgadas, para bien o para mal, por nuestros actos y no categorizadas (por no decir caricaturizadas) por ciertas características que se alejan de los roles de sumisión y humildad que tradicionalmente se han asociado con el ideal femenino.
Qué quieren que les diga, creo que hacen falta más mujeres ambiciosas y soberbias.